Padres, socios y preceptores
El gobierno de Neveros
Por qué llevar a mi hijo
Cómo hacerse socio
Neveros y el Opus Dei
Qué es Neveros
Neveros es un proyecto formativo dirigido a chicos de 5º de Primaria a 2º de Bachillerato y sus familias; en el contexto del tiempo libre. En el proyecto formativo, el estudio y la formación son las actividades principales de Neveros.
Neveros es un modo de convivir, de pasarlo bien y de tener amigos. Los chicos van al Club porque es su segunda casa. Neveros es un grupo de amigos que se reúne en los ratos libres para estudiar juntos, hacer deporte, formarse, pasarlo en grande…
Uno de los retos más apasionantes para muchas familias consiste en la educación de sus hijos. Por eso, en octubre de 1993, un grupo de padres comenzó el desafío de crear un club donde sus hijos pudiesen aprovechar el tiempo libre en un ambiente adecuado, como complemento de la familia y el colegio. Una vez conseguido el local pidieron al Opus Dei que se hiciera cargo de la formación cristiana que deseaban para sus hijos y los amigos de sus hijos.
En Neveros se dirigen los planes a dos bloques diferenciados: por un lado, los chicos de 5º primaria a 2º ESO, ambos incluidos; y por otro lado los mayores (de 3º ESO a 2º Bachillerato, ambos incluidos). No obstante, también se permite participar en el campamento de verano a chicos que hayan terminado 4º primaria.
Padres, socios y preceptores
Nos parece esencial enseñar a la gente a superar por sí mismos todas las dificultades. Además, es ahí donde se fragua la madurez de cada uno. Por eso, por muchos socios que tenga Neveros, nunca queremos que sean un número. Nos interesa cada uno, con su peculiar manera de ser, con sus circunstancias familiares y académicas, con sus ilusiones y sus grandes o pequeños problemas.
Buscamos la formación en libertad puesto que es uno mismo el que se forma mediante decisiones libres y porque formarse es crecer en libertad.
Para lograr el objetivo de colaborar con los padres en la educación de sus hijos, cuenta con la figura del preceptor. El preceptor es un universitario o joven profesional en quien se puede confiar. Los preceptores procuran colaborar en la misión educativa de los padres: orientan en los estudios, proponen nuevas metas, enseñan a valorar a los demás, y exigen y animan con cariño y fortaleza.
Neveros facilita también la atención espiritual de los socios que lo deseen de manera que puedan aprender a tratar a Dios de acuerdo con su edad. La presencia del espíritu cristiano en Neveros se manifiesta habitualmente en detalles como la alegría, la seriedad y exigencia en el estudio, el compromiso con los demás, el amor a la libertad, y el fomento de las virtudes humanas y cristianas en un clima de confianza.
El gobierno de Neveros
La labor de los padres y la colaboración e implicación en el Club y sus actividades es algo fundamental. Nacido en 1993, los padres que comenzaron el desarrollo de Neveros lo hicieron con la idea de liderar un proyecto para sus hijos y otros chicos jóvenes en el que el tiempo libre se convertiría en una ocasión de oro para hacerles mejores personas, mejores cristianos y mejores ciudadanos.
Desde entonces, la Junta Directiva de la Asociación ha estado compuesta por padres, que intervienen directamente en la organización, gestión y gobierno del Club y de sus actividades. También forman parte, en menor medida, alguno de los preceptores del Club.
La Junta Directiva es quien toma las decisiones, y éstas se llevan a cabo por un equipo compuesto por el Director de la Asociación, un Director Técnico, y los preceptores.
La Junta Directiva también vela para que se cumplan todos los acuerdos tomados, entre los que se encuentra el Protocolo para el Trato con los Socios (pendiente de su actualización) a disposición de cualquier socio -o de sus padres- en el footer de la web).
La Junta Directiva
Presidente: Fernando Huerta González
Vicepresidente: Enrique Moya Martín
Vocal: Pedro Villarino Marzo
Tesorero: José Carlos González Jiménez
Secretario: Miguel Ángel Mendía Pérez
Los preceptores
Dirección: Gonzalo Dívar
Secretaría: José Carlos González
Capellanía: D. Borja Díaz
Bachillerato: Joseca González
4º de ESO: Gonzalo Dívar y Alberto Ruiz
3º de ESO: David Fernández
2º de ESO: Jaime Villalón, Edu Díaz e Iñigo Canosa
1º de ESO, 5º y 6º de Primaria: Quique Moya y Ricardo Ramírez
Por qué llevar a mi hijo a Neveros
Este es un extracto del libro EDUCAR. LOS RETOS DEL SIGLO XXI, de Mañú, J. M. y Goyarrola, I. (Ed. Rialp, 2009) en el que se enuncian algunas de las ventajas de que los hijos asistan a un club como Neveros.
10 razones por las que vale la pena asistir a un club
El estilo educativo del Club está en consonancia con un estilo de vida que probablemente también se note en la casa y en el colegio.
– ¿No puede ser demasiado de lo mismo?
Precisamente en los momentos en los que estamos hace falta que vean numerosos ejemplos positivos, pues abundan los modelos de anti-valores en el entorno.
En un club suelen coincidir chicos cuyas familias tienen una escala de valores similar a la vuestra, lo que facilita que a la hora de elegir amigos lo hagan entre los más afines a vuestro estilo.
– Insisto en la pregunta, ¿no es bueno que conozcan otras realidades?
Los socios de un club no viven en un mundo aparte. Tienen muchas ocasiones de convivir con otras personas. Asistir a un club no significa estar todo el día dentro de él.
Reciben una formación, que por el contexto es complementaria a la que puedan recibir en casa o en el colegio: los ejemplos son más cercanos a su situación.
– ¿No acabarán hartos de tanta formación?
Se trata de hacer atractiva la virtud, no de agobiarles. El estilo de la formación que reciben se basa en destacar los aspectos positivos y la recompensa recibida es ser más feliz. Además, la educación que se les transmite está inmersa en un ambiente de libertad y responsabilidad personal.
La fórmula club + colegio + familia, sí es capaz de ayudarles a ir contracorriente.
– ¿No pueden salir hastiados de tanta formación?
Si se analiza el horario de una semana, se puede ver que el tiempo dedicado a formarse es sólo una pequeña parte. Además, rezar y formarse son una buena manera de emplear el tiempo; siempre y cuando no se convierta en algo obligatorio y agobiante.
El club no separa a los chicos de sus familias. Si un chico normal no estuviera en el club, estaría en la calle.
– Pues hay chicos que pasan muchas horas en el club.
El adolescente necesita despegarse de sus padres. Si no estuviera en el club, estaría en la calle o en una sala de juegos. El despego no es consecuencia de ir por un club, es consecuencia de la edad por la que pasan.
Los adolescentes necesitan lugares de ocio atractivos y sanos.
– ¿No les hará desconocer la realidad?
No hace falta sumergirse en el mundo de la droga para conocer sus efectos. Vuestros hijos conocen de sobra lo que pasa en otros ambientes.
Ve jóvenes mayores que él que estudian y sacan buenas notas, que se preocupan de los demás, que dedican tiempo a otros y que rezan.
– Eso ya se lo decimos nosotros.
El adolescente pasa el punto de referencia de sus padres o de los adultos en general al de otros jóvenes. Ver que es posible divertirse y llevar una vida sana les anima a intentarlo, de acuerdo con su modo de ser y respetando su personalidad.
Hay unos monitores bien formados que están con ellos, ven cómo ayudarles a mejorar en lo humano y en lo sobrenatural.
– ¿Pero hasta qué punto tiene el monitor derecho a intervenir en su formación?
Sólo en la medida en la que les confiéis la educación en el ocio de vuestros hijos. El derecho a entrar en la intimidad se gana con el respeto y la confianza. No se accede a la intimidad de alguien si él no pide consejo.
No es verdad que haya que probar todo y quedarse con lo bueno (si lo hiciéramos con las setas sería peligroso).
– Sí, pero tampoco vivir en una burbuja.
No se les oculta la realidad de otros modos de vida, pero cuando les toca moverse en ese ambiente —la llegada a la universidad, por ejemplo— ya tienen más madurez y resortes para poder vivir el estilo de vida por el que apuesten.
La familia y el club van en la misma dirección, por tanto todo lo que se les pueda decir a ellos se explica antes a los padres.
– Entonces eso también nos compromete, como padres, a vivir de acuerdo a ese estilo. Efectivamente, un adolescente pide coherencia.
De todas formas, lo mejor es ir a hablar con los directivos del club al que se plantea ir nuestro hijo. En una conversación clara y serena, los padres deben aclarar todas sus posibles dudas para saber si ese es el lugar para sus hijos.”
El estilo educativo del Club está en consonancia con un estilo de vida que probablemente también se note en la casa y en el colegio.
– ¿No puede ser demasiado de lo mismo?
Precisamente en los momentos en los que estamos hace falta que vean numerosos ejemplos positivos, pues abundan los modelos de anti-valores en el entorno.
Los adolescentes necesitan lugares de ocio atractivos y sanos.
– ¿No les hará desconocer la realidad?
No hace falta sumergirse en el mundo de la droga para conocer sus efectos. Vuestros hijos conocen de sobra lo que pasa en otros ambientes.
En un club suelen coincidir chicos cuyas familias tienen una escala de valores similar a la vuestra, lo que facilita que a la hora de elegir amigos lo hagan entre los más afines a vuestro estilo.
– Insisto en la pregunta, ¿no es bueno que conozcan otras realidades?
Los socios de un club no viven en un mundo aparte. Tienen muchas ocasiones de convivir con otras personas. Asistir a un club no significa estar todo el día dentro de él.
Ve jóvenes mayores que él que estudian y sacan buenas notas, que se preocupan de los demás, que dedican tiempo a otros y que rezan.
– Eso ya se lo decimos nosotros.
El adolescente pasa el punto de referencia de sus padres o de los adultos en general al de otros jóvenes. Ver que es posible divertirse y llevar una vida sana les anima a intentarlo, de acuerdo con su modo de ser y respetando su personalidad.
Reciben una formación, que por el contexto es complementaria a la que puedan recibir en casa o en el colegio: los ejemplos son más cercanos a su situación.
– ¿No acabarán hartos de tanta formación?
Se trata de hacer atractiva la virtud, no de agobiarles. El estilo de la formación que reciben se basa en destacar los aspectos positivos y la recompensa recibida es ser más feliz. Además, la educación que se les transmite está inmersa en un ambiente de libertad y responsabilidad personal.
Hay unos monitores bien formados que están con ellos, ven cómo ayudarles a mejorar en lo humano y en lo sobrenatural.
– ¿Pero hasta qué punto tiene el monitor derecho a intervenir en su formación?
Sólo en la medida en la que les confiéis la educación en el ocio de vuestros hijos. El derecho a entrar en la intimidad se gana con el respeto y la confianza. No se accede a la intimidad de alguien si él no pide consejo.
La fórmula club + colegio + familia, sí es capaz de ayudarles a ir contracorriente.
– ¿No pueden salir hastiados de tanta formación?
Si se analiza el horario de una semana, se puede ver que el tiempo dedicado a formarse es sólo una pequeña parte. Además, rezar y formarse son una buena manera de emplear el tiempo; siempre y cuando no se convierta en algo obligatorio y agobiante.
No es verdad que haya que probar todo y quedarse con lo bueno (si lo hiciéramos con las setas sería peligroso).
– Sí, pero tampoco vivir en una burbuja.
No se les oculta la realidad de otros modos de vida, pero cuando les toca moverse en ese ambiente —la llegada a la universidad, por ejemplo— ya tienen más madurez y resortes para poder vivir el estilo de vida por el que apuesten.
El club no separa a los chicos de sus familias. Si un chico normal no estuviera en el club, estaría en la calle.
– Pues hay chicos que pasan muchas horas en el club.
El adolescente necesita despegarse de sus padres. Si no estuviera en el club, estaría en la calle o en una sala de juegos. El despego no es consecuencia de ir por un club, es consecuencia de la edad por la que pasan.
La familia y el club van en la misma dirección, por tanto todo lo que se les pueda decir a ellos se explica antes a los padres.
– Entonces eso también nos compromete, como padres, a vivir de acuerdo a ese estilo. Efectivamente, un adolescente pide coherencia.
De todas formas, lo mejor es ir a hablar con los directivos del club al que se plantea ir nuestro hijo. En una conversación clara y serena, los padres deben aclarar todas sus posibles dudas para saber si ese es el lugar para sus hijos.”
Cómo hacerse socio
Para hacerse socio de Neveros es necesario rellenar una ficha de inscripción, disponible en la sede del club. La ficha se ha de entregar a uno de los preceptores del club, previa entrevista con los padres.
Neveros es una entidad sin ánimo de lucro, que se sostiene principalmente por las cuotas mensuales que abonan los socios y por los generosos donativos de muchas personas. Las cuotas de socio se abonan mediante domiciliación bancaria de forma mensual.
La Junta Directiva ha aprobado las siguientes cuotas de socio:
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- Primera mensualidad – Alta de nuevo socio: 60€ (esta cantidad es orientativa: se pide a las familias de los nuevos socios que den un donativo por la cantidad que estimen oportuna a fin de ayudar en las numerosas necesidades materiales de la Asociación).
- Resto de mensualidades: 40€
- Cuota de socio a partir del segundo hermano: 20€
Además, de ser necesario, es posible solicitar a la Junta Directiva una beca en la cuota de socio.
Neveros y el Opus Dei
La Asociación Juvenil Neveros es una obra corporativa de la Prelatura del Opus Dei.
El Opus Dei es una institución de la Iglesia Católica, fundada por San Josemaría Escrivá de Balaguer en 1928, que difunde el mensaje de que el trabajo y las circunstancias ordinarias son ocasión de encuentro con Dios, de servicio a los demás y de mejora de la sociedad. Con este ideal, desde 1993 existe Neveros: para ayudar a los padres a formar a sus hijos bajo este espíritu.
También os dejamos algunos links a videos cortos que os pueden resultar interesantes, sobre el Opus Dei y su fundador.
El mensaje de san Josemaría: uno de los hombres más polémicos del siglo XX
El Opus Dei: santificar el trabajo ordinario
El Opus Dei me ayuda a encontrarme con Dios en lo que hago
Quién es san Josemaría
Ese mensaje es para todo el mundo ¿Qué le llama la atención a la gente?